jueves, 8 de noviembre de 2012

"Palabra Generadora y Cultura del Silencio en las aulas".


La primera aportación innovadora que surgió en Latinoamérica para la teoría de la comunicación y que vinculó el sentido de la comunicación con la generación de un lenguaje capaz de nombrar el mundo propio fue la que hizo Paulo Freire hablando de la palabra generadora que la define como aquella en que, a la vez que se activa el espesor de significaciones sedimentadas, se hace posible la generación de nuevos sentidos desde los que reinventamos el presente y construimos el futuro.

En cambio Barbero, habla de un concepto al cual lo denomina mediación que se piensa en el lenguaje y la acción como formas de estar en el mundo y de interacción entre los hombres.
Barbero también piensa la comunicación desde la cultura; esto lo hace en 3 niveles: Objetivación, Auto implicación y Comunicación; 
También planteó que comprender la comunicación implicaba investigar no sólo las características del dominador si no también todo aquello en que el dominado trabajaba a favor del dominador. 
Junto a esta idea de dominado-dominador, Freire se referirá a una cultura del silencio al conjunto de pautas de acción y esquemas del pensamiento que conformaron la mentalidad y el comportamiento de los latinoamericanos desde la conquista. Esto se puede resumir en la siguiente frase “Casi siempre impedidos de crecer, impedidos de hablar; La única voz que se podía escuchar en el silencio a que se nos sometió, era la voz del púlpito”.
Esta frase hace referencia a un proceso de enculturación mediante el cual la cultura de la minoría dominante fue propuesta como modelo a la mayoría dominada.
La cultura escolar prolonga la cultura del silencio. Asfixiada o domesticada la palabra del pueblo, la palabra pública, sigue siendo marginal o es hecha funcional.
Todo esto se trata de un proceso de incomunicación que viene desde hace un largo tiempo y por lo visto sigue presente en las escuelas.
Este proceso se dió en las elites intelectuales, que excluyen a las personas con distinto habla; incomunicación de unas vanguardias separadas del pueblo. Por esto, la minoría, las personas excluídas entran en una frustración que impide hablar, decir su propio pensamiento y decirse a si mismo.  Las estructuras de dominación son múltiples, pero tal vez la más onda es el conjunto de mecanismos que obligan al oprimido a hablar el lenguaje del opresor.
Desde una nueva educación, donde se varolize mas la palabra del otro, la cultura del silencio desaparecerá, mientras tanto, en la escuela donde allá sumisión y humillación, esta cultura seguirá intacta.
En contraposición a la incomunicación, aparece la puerta de la comunicación que nos abre Paulo Freire que es básicamente a su estructura dialógica. Él explica que hay comunicación cuando el lenguaje da forma a la conflictiva experiencia del convivir.
La estructura dialógica se halla tanto en pensar el lenguaje como mediación; esto quiere decir pensar al lenguaje a la vez hecho de signos y peñado de símbolos.
A su vez hay distintas tipologías de símbolos : se hace una distinción símbolo donde entra el matemático o lógico(es el efecto una convención) y el símbolo primario (es la fuente de una convención, matriz de las relaciones que sustentas la sociabilidad humana y por tanto de las convenciones mismas)  ; Luego se habla de una segunda distinción (formación simbólica) que puede ser sedimentada ( hecha de restos de símbolos), actuante (obre el tejido social de un grupo al que da forma a través de pactos) y prospectiva (En la que estalla el juego de los símbolos en uso para dar lugar a otros).
En conclusión, con todo lo tratado en este texto, llegamos a la conclusión de que el lenguaje no solamente se va a transmitir con la palabra, sino a través de los símbolos.
Como futuras docentes, tenemos que tener conciencia de que no exista una cultura del silencio, una lengua sin pueblo, una incomunicación. Tenemos que promulgar la comunicación entre pares, donde todos sean escuchados, donde todos pueden expresar sus ideas, sentimientos, etc. sin problema;
Aunque muchas docentes en la actualidad no lo hacen y siguen con esa actitud de dominador-dominado, donde los alumnos no son escuchados, donde un poco mas les prohíben hablar.
Esto mismo lo pudimos observar en un 5to grado, donde la maestra no dejaba hablar a los alumnos; el único momento en que ellos podían conversar y relacionarse en clase, era cuando la docente les hacia la puesta en común de las tareas realizadas; Hay una marcada relación dominador (docente) – dominado (alumnos).
Vale la pena detallar, que esto fue detectado ni bien entramos a ese curso; notamos una maestra demasiado autoritaria, donde su rol estaba firmemente marcado y donde no había lugar a la libre expresión.

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